lunes, 17 de septiembre de 2007

CON EL PIE IZQUIERDO

Estoy sola. Ni tu recuerdo me hace compañía.
No hay nadie. No veo a nadie. No siento a nadie.
Hay unas rallas, no voy a tomarlas.
Busco un refugio, ¿mi cama? Mejor no: la muy psicópata tiende a deprimirme.
Estoy sola. ¿Dónde se fue todo el mundo?
Miro por la ventana, no hay alma perdida que deambule por ahí.

Me concentro. Vení a salvarme, por favor.
Mi pie izquierdo se ríe de mí.
"¿Creías que estabas salvada de la soledad?"
Estoy sola. ¿Dónde diablos te has metido, alma resentida?
"Vamos, convéncete, esas lágrimas no son de alegría".
Quizás un descanso me vendría bien,
pero tengo miedo de tentarme y quedarme a vivir en sueños.
"¿Qué necesitas para aceptarlo? Soledad, soledad, soledad".
Añoro el bullicio de Corrientes y Callao.

Extraño tu piel, tu aroma, tus caricias forzadas.
Mierda, creí que estaba salvada de la soledad,
pero no voy a decírselo, maldito pie,
sino pensará que mañana volveré a arrancar con él.


Imagen: "Mi pie izquierdo" Ma. Belén Pérez Lamas.

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