martes, 27 de julio de 2010

AHOGO

No puedo respirar, me ahogo.
No entiendo si es adrede o por mera casualidad, pero me ahogo.
¿Es esto un suicidio o es que me ha llegado la hora?
Quisiera comprenderlo. Me ahogo.

Estos ojos que me miran a la expectativa de una sonrisa.
Ya te he echado la comida, deja de mirar.
Le doy la espalda pero se enredan entre mis piernas, insistentes, persuasivos, definitivos.

Abro la ventana para que corra el aire. Es la 1 pm, no hay aire y yo me ahogo.
Las paredes se apoderan de mi piel endeble, como si tuvieran la potestad para hacerme desvanecer.
Las paredes me piden explicaciones, insistentes, persuasivas, definitivas.
Ya no sé. Ya no sé.
No puedo caminar sin una imagen nítida. No logro un foco. No logro una explicación.

El mundo se ha convertido en una película.
Pareciera un colmo, pero ya no sé qué es qué.
Espectadora de todo lo que no comprendo y de lo que no puedo ver.
Los pitis se deshacen en mi boca seca.
El tiempo ha perdido la noción del tiempo.
Estoy sentada en donde no debería.
Y es que ya no sé. Ya no sé.

viernes, 23 de julio de 2010

DE MAFALDA A SUSANITA

Cuesta buscarme.
El tiempo vuela, se escapa como arena entre mis dedos sin tacto.
Quiero tanto que no quiero nada.
Cuesta entenderme.
De A a Z.
Añoro esa conexión con mi centro.
Esa forma cómplice de sonreirle.
Mierda. Quiero decir mierda. Me doy el lugar de decir mierda.
He dejado escaparme. Me he fagocitado.
Mierda.

Era (¡soy!) más (mucho) de lo creo.
No logro escribir un verso que me convenza.
Pues si, confusión, crisis, mediocridad, vida.
No me asusta, no me entristece, no me desespera en demasia.
Pero las cosas para ayer.
Mañana se acerca y no tengo que decirle.

Pensar.
Volver a Mafalda. Abandonar a Susanita.