Preguntas, sólo preguntas.
¿Cuántas incógnitas hasta alguna respuesta?
Quiero creer que después del silencio hay una palabra, tan sólo una, cualquiera sea.
Pido una tregua; no estoy vencida (no va conmigo), pero quisiera un abrazo de mi vieja.
No hay tregua, aquí no la hay. Las preguntas saben de estrategias y atacan por todos los costados. Aquí, en mi trinchera, poco puedo hacer. No puedo asumir que no tengo salida.
Debería buscar alguna forma de avanzar, sorprenderlas por la espalda. Malditas preguntas, esta guerra no está perdida.
Perdí mis ánimos, no tengo ganas de combatir.
Perdí mi compromiso, el que alguna vez me hizo creer en algo.
Perdí mi sexualidad, me olvidé de que soy una mujer (¿qué es un orgasmo?).
Perdí mi inspiración, ya no sé escribir, ya no sé hacerlo.
Ahora soy abstracta. Soy una roca, puedo ver cómo el agua corre por mi cuerpo sin sentir absolutamente nada. Soy indefinida. Soy "lo". Soy poco, soy nada.
No alcanzo el aquí, no llego al allí. Nebulosa, trance.
Tengo recuerdos de cosas que no sé si pasaron o si sólo las deseé.
¿Cuándo fue la última vez que hicimos el amor?
Máquina del tiempo, yo. Creía que era parte de toda la farsa, ahora lo dudo.
¿Qué hago? ¿A dónde voy? ¿Quién soy?
¡Preguntas, un descanso, por favor!
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