lunes, 17 de diciembre de 2007

DE UN INSTINTO SUICIDA

de pensar que es un instito suicida
el que me empuja a buscarte una y mil veces
en la complicidad de la noche,
de las muchas noches que me acompañan
desde antes de que me percate de su valor.

de sentir que sé lo justo y que intuyo el resto
más vale el desafío de los puentes invisibles que el estanco de la yerba mala.

de encontrarme, como ahora, en Venecia,
rodeada de máscaras de carnaval, canales y ricos cafés,
y sin embargo, qué paradoja, mi puño derrama tinta en tu recuerdo.

porque no puedo nombrarte sin que mis labios tartamudeen
ni pensarte sin que se me ocurran las peores sandeces

pues no hay mundo en las afueras de tu habitación
que valga más que tus caricias tímidas.
pues no encuentro sentido en decidirme por tu olvido
y no hay mapa ni globo que logre distraerme de tu perfume.

de pensar que es un instinto suicida
el que me lleva a quererte así, simplemente.

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