Ella: ¿Hola?
Yo: Hola, soy yo.
Ella: Ah, hola. ¿Cómo estás?
Yo: Bien. Te llamé todo el día, ¿qué pasó que no atendías?
Ella: ¿A mí me llamaste?
Yo: ¡Sí, mil veces!
Ella: Pero no sonó acá, ¿estás segura de que marcaste bien?
Yo: Ay, sí, por supuesto. LLamé varias veces y nada. Pensé que te había pasado algo.
Ella: Qué raro, yo estuve acá todo el día. No sonó el teléfono.
Yo: Qué raro, sí.
Ella: La verdad. Me llama la atención...
(silencio)
Yo: Qué raro, ¿no?
Ella: Y decime una cosa, ¿para qué me llamabas tanto?
Yo: ¿yo?
Ella: ¡Sí, claro, vos!
(silencio)
Ella: Ey...
Yo: Decime.
Ella: Te pregunté para qué me llamabas tanto.
Yo: ¡Ah! Nada... sólo quería saber si estabas ahí...
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