miércoles, 27 de febrero de 2008

CÍRCULO CROMÁTICO (Y VICIOSO)

Y entonces levantó su voz
y pareció decir algunos colores, como grises, como azules.
En ese momento yo quise aparentar más (o menos)
y me tomé mi tiempo ante una paleta tan variada de tonalidades.
Le presenté un rojo, que poco a poco viró al púrpura.
Y hubo verdes, y aparecieron celestes.
Un dorado puso las cosas por su nombre.
Yo le dije todos los granates que quería que escuchase,
y él quizás se guardó algún que otro naranja.
El blanco nos permitió un descanso,
que yo de a poquito fui llenando de lunares.
Él gritaba en fluo,
yo susurré en ocre,
y los dos, nos reímos en pastel.
Cuando todo estaba hablado,
cuando por fin quedamos anacromáticos,
su mano busco mi muslo,
sus labios buscaron mi lengua,
y nos amamos en magenta, amarillo y cian.

viernes, 1 de febrero de 2008

IN THE MIDDLE OF NOWHERE

Cuando quisiera decir que he alcanzado el cielo,
o que he tocado fondo, que vendría a ser lo mismo,
las palabras precisas me dificultan el pensar.
Será porque posiblemente no estoy en el cielo,
ni siquiera en el infierno,
por más que el dolor de vida persista.

No es sencillo tomar conciencia de que estoy atada a las cadenas
de las que sólo yo tengo las llaves.

No son inocentes las cicatrices del ayer
aunque el maquillaje de hoy sea europeo.

Hay suspiros que pertenecen al orden de lo mediocre,
esos que imitan al recuerdo del amor pasional
esos que nacen por haber sido menos de lo que te subestiman.

Entonces, a pedibus usque ad caput, dudas, dudas, dudas
y encierro.

Escribo versos que no son autobiográficos pero que pecan de egocéntricos.
Fumo un piti tras otro porque el humo me abraza.
Sudo lágrimas dulces, bebo el café amargo.
Hoy no quiero nada más que esto:
mis pitis, el café y asomarme a la ventana a ver llover,
aunque el Sol insiste en ser protagonista.

No hay salida cuando se está en la mitad del recorrido,
se corre, se transpira, se desespera, se enloquece,
se buscan placebos y se completan crucigramas,
pero el tiempo tiene la potestad, siempre,
hasta que un día, quizás de mañana,
antes del aseo, con la compañia de simpáticas lagañas,
un día se toma conciencia
y se acepta que aquí se está: in the middle of nowhere.
Se suspira, y se puede comenzar mejor el día.


Imagen: "Constelación: Despertando al amanecer" Joan Miró.


SESION DE JAZZ

El trompetista baila, el pianista apenas mueve sus hombros
y la música dice que sí, que podemos hacerlo.
La batería hace chic chiqui chic con sus platillos
y la música dice que no, que tampoco es para tanto.
Muevo mi pie derecho al compás (o lo intento), es mi forma de incitarte,
y la música dice que sí, que parece que esta noche habrá noche buena.
Tú me miras desde tu mesa distante, haciendo círculos con tu marlboro
y la música dice que no, que no es un ritmo para el baile latino.
El trompetista chasquea sus dedos puntiagudos,
el pianista apenas acaricia el do mayor

y la música dice que me anime, que yo también puedo improvisar.
Entre palabras y si bemol, te muestro mi escote y mi miedo a la frustación.
Serán los graves de aquel bajista,
o el aire de misterio que se respira en esta sesión,

será la luna que se cuela por la ventana, o mis zapatos rojos de tacón,
quién sabe, galán de cine,
la música lo envuelve todo,
y aquí seguimos, fumando, tú y yo.